martes, 28 de agosto de 2007

Mundos Conceptuales Tercera parte: El papel del Concepto en los sueños.


El mundo de los sueños es el mundo conceptual en su máxima expresión consciente. En éste, los objetos de la experiencia se presentan con una forma, pero siempre conservando las características que tienen como conceptos. Es por esto que, en nuestro mundo onírico, podemos sabernos en un lugar determinado, aun cuando las imágenes que de dicho lugar percibimos no correspondan con su referencia fuera de los sueños (podemos soñar que estamos en nuestra casa y al mismo tiempo las imágenes que de ella tenemos en el sueño corresponden a nuestra escuela o a casa de alguien mas, pero no por esto entran en conflicto las imágenes con el lugar en el que creemos estar. En los sueños, las cosas pueden ser y no ser al mismo tiempo; esto no quiere decir que las imágenes que en los sueños tenemos correspondan a imposibles empíricos, simplemente tienen la doble cualidad, que no podemos tener presente en la vigilia, de ser imágenes y conceptos, con la misma intensidad y en un mismo momento.
Así, soñamos con una persona que es dos distintas a la vez, soñamos con una persona que no es nadie. Una persona puede cambiarse por otra en un parpadeo, y nuestra mente no se ve llevada a reaccionar violentamente ante dicho cambio; lo tomamos, hasta cierto punto, con naturalidad. Esto es así, ya que podemos tomar a una persona como imagen y a la vez exaltar alguna parte del concepto que de ella hemos determinado previamente en la vigilia. El cambio en la imagen de la persona no será brusco, ya que es igual de intenso el concepto que la imagen. De este modo, puede ser que al cambiar la imagen de ‘x’ por la de ‘y’ se altere minimamente el concepto que está detrás de ellas, ya que a diferencia del cambio de imagen, en el que se pierden muchas características del objeto, en el cambio conceptual, en este caso de persona a persona, los cambios son mínimos en comparación a lo que permanece.

Todo esto se debe a que en el sueño, la experiencia empírica no es la más vívida. Pero no sólo esto. Por otra parte, en la vigilia, nuestros conceptos se amoldan a la experiencia empírica, partimos del mundo perceptual y le aplicamos a éste los conceptos que hemos determinado, y podemos modificar nuestros conceptos dependiendo de la referencia empírica ante la cual estemos. A diferencia de esto, en el sueño no podemos partir de un mundo perceptual, ya que éste es formado enteramente por nosotros, por nuestra mente o espíritu encarnado en el lenguaje, así es que no tenemos el mismo punto de partida en el sueño que en la vigilia.
En el sueño adecuamos las imágenes, que generamos a partir de nuestros conceptos, a los conceptos mismos. Así es que la imagen es lo que varía libremente dentro del margen conceptual. En la vigilia podemos hacer a un lado algunas de nuestras determinaciones con respecto a un concepto, por ejemplo si en mi concepto de mesa tengo presente que ésta debe tener cuatro patas, no por esto dejaré de identificar con dicho concepto una mesa de tres patas. Es importante mencionar que dicho cambio lo hacemos ante objetos distintos, a partir de un mismo concepto. En el sueño, la imagen de una mesa puede encontrarse en constante cambio, en un momento puede tener tres patas y al siguiente momento tener sólo una, e incluso, a un mismo tiempo, caer bajo ambas situaciones.

El mundo de los sueños es el mundo conceptual encarnado.
En la vigilia, los conceptos son las gafas a través de las cuales vemos el mundo.
En el sueño, los conceptos son los instrumentos creadores del mundo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ahora si ya mas o menos voy captando la idea...

Lidia dijo...

Yeah!! Eternal sunshine of a spotless mind!!!!

jf.yedraAaviña dijo...

Montse: Hurra!!

Lidita: síííí!!! quería poner la imagen en la que el tipo intenta darle la vuelta a la chava para hablar con ella pero no lo logra... pero no la encontré. snif snif...