lunes, 8 de octubre de 2007

Y terminé enojado conmigo mismo...


-Art on canvas by Elephant-


...nos urgía la prisa de ser grandes,
en parte por amor a los que lo eran
y otra cosa no tienen que ser grandes.
En nuestro andar a solas, sin embargo,
nos henchía el placer de lo que dura
y estábamos ahí en el intervalo
entre mundo y juguete...

-J. M. Rilke-



Sin título

Nuestra tranquilidad infantil ya no es fecunda
Amamos la ausencia que en nosotros es espera
Llega por fin, de nosotros, la condena
Se nos lleva a un desfile y la vemos ahí:

Una fila de elefantes, unidos por cola y trompa
Marchan todos ellos confiando en aquel que los guía
No se quieren dar cuenta que el elefante más viejo,
Aquel que, de la fila, al frente marcha,
Ciego está y ha tomado con la trompa una cola de cometa.
Y ahí va la gran fila de elefantes siguiendo
el largo camino que les traza el viento.

Una vez concluido el desfile
se nos lleva a la casa del sabio del pueblo.
Llegamos con sed, llegamos sedientos
y en la casa hay enormes tinajas por cientos;
barriles y jarras por doquier luciendo,
invitando al viajero a beber de ellos.
El sabio advierte las ganas de beber,
dos barriles enteros por lo menos.
Nos invita a hacerlo, una copa vacía en nuestras manos pone.

¡Oh! Gran desconsuelo al descubrir el vacío,
descubrir que en la casa del viejo, ni-una-gota de agua brilla.
Tinajas vacías, arena en las jarras,
Barriles tan secos como nuestras gargantas.

Decepcionados volvemos a casa,
Buscamos en ella la luz más oscura,
Tomamos la pluma y tomamos la hoja.
Nos hacemos traer una mujer desnuda.

La espera ha cesado. Aquí está la condena.
Esa ansiada condena que ya no nos deja.
La tinta en la pluma, la hoja sin huella.
Pensamos en vano qué poner en ella.

La mujer aguarda. La tinta se seca.
Recordamos que ya en el bolsillo teníamos, pequeña,
esperando en silencio, una cuchilla de acero.
Ahora miramos hoja, mujer, pluma y acero
y en seguida cortamos, las yemas de nuestros dedos.

Entre las llagas ponemos la pluma.
¡Y en ese momento se escurre escribiendo!

Le hacía falta el amor al infantil anhelo.
Haber crecido le hacía falta a aquel pequeño,
Haber salido...
Haber sabido…
Haber sangrado y estar sediento.

2 comentarios:

Lidia dijo...

lo que empezó pareciedno como algo para niños, terminó siendo para dultos sangrientos.
Que diferencia.

jf.yedraAaviña dijo...

sip... por qué carajos uno crece?? bueno,,, es chido en algunas cosas,,, pero de niño todo es sencillo,, todo se te olvida en unas cuantas horas... a veces minutos...