martes, 20 de diciembre de 2011
Sorpresa de camino
domingo, 25 de septiembre de 2011
Se sentía extraño escribir las primeras líneas que comenzaran por decir algo… no era tan importante lo que se dijera; nunca fue importante el resultado. Es cierto que uno esperaba que lo que se dijera fuera bueno, cierto, que gustara. Pero las primeras líneas nunca obedecían a esas cuestiones. Se trataba tan sólo de escribir. Cualquier cosa podía ser buena: un sueño, una frase recogida de algún libro o plática, un color, sonido, cualquier cosa podía ser buena para comenzar… y sin embrago no cualquiera servía. Las primeras líneas determinaban la fluidez del texto entero; y todo sin que lo que dijeran fuera importante.
Y nunca supe cómo es que aparecían esas líneas. Ahora todo lo que escribo comienza por el sentido del texto, por aquello que quiero llegar a decir; pero no por el mero decir.
Hay veces que no me reconozco.