Piérdete en las sombras matinales
de una vida en epojé reencontrada.
Da la vuelta a la piedad arrastrada
y en el monte de Sísifo arrojada.
Muestra la falta de esfuerzo
que en la boca del río has transpirado,
deja que se burle de ti el reflejo,
en el escudo del vencido, aprisionado.
Piérdete en sensualidad adormecida
tomando la vida por la ausente lejanía,
rodando al hogar has de encontrarte tendida
en río de seda y nacientes pesadillas.
Y si un Manto sobre Piedra te desvía
que no sea éste el fin de tu partida.
ya se posará el ocaso entre seda y lejanía
y consumirá, tantos montes como Mantos, en la epojé de tus días.
de una vida en epojé reencontrada.
Da la vuelta a la piedad arrastrada
y en el monte de Sísifo arrojada.
Muestra la falta de esfuerzo
que en la boca del río has transpirado,
deja que se burle de ti el reflejo,
en el escudo del vencido, aprisionado.
Piérdete en sensualidad adormecida
tomando la vida por la ausente lejanía,
rodando al hogar has de encontrarte tendida
en río de seda y nacientes pesadillas.
Y si un Manto sobre Piedra te desvía
que no sea éste el fin de tu partida.
ya se posará el ocaso entre seda y lejanía
y consumirá, tantos montes como Mantos, en la epojé de tus días.
(Siendo sincero debo decir, que este tipo de escritos no me gustan. Me son en especial molestas las referencias semisimuladas tanto a poesía como a mitología. Pero hoy así se me antojó escribir. ¿Por qué “ejercicio”? porque eso es, no es más que un ejercicio, de memoria y de escritura de ideas que se van perdiendo a lo largo del día. Tal vez sea mejor que se pierdan, pero es bueno de vez en cuando el ejercicio.)