jueves, 26 de julio de 2007

El pequeño reto del tarado...



Estos últimos días un pequeño problema me ha venido rondando la cabeza… ¿Podemos dar un ejemplo de “objeto” que envuelva todas las características de su clase, es decir, de la clase de los objetos?
A simple vista pudiera parecer una pregunta sacada de la manga, pero al plantearla estoy pensando en el contexto del Tractatus… sí…. Los objetos tractarianos, para sonar un poco más mamón… el problema con Wittgenstein es que no nos da ejemplos de lo que para él es un objeto… pretendió hacer a un lado dicho problema alegando que esa no era una tarea propia del lógico… tal vez tarea del científico… pero no del filósofo en todo caso… pero eso claramente no nos dice mucho. Lo que propongo ante tal problema es lo siguiente.
Supongamos que tratamos una proposición como una función, es decir, que en una proposición elemental sustituimos los nombres por variables. Ahora bien, la variable podrá ser saturada por nombres, y dependiendo de éstos, la función o proposición adquirirá un valor de verdad, pero no sólo esto, sino que los nombres, y con ellos la proposición, adquirirán un sentido. Lo que intento afirmar es que dependiendo de con qué nombre saturemos la variable obtendremos un significado para éstos, y el significado de un nombre podrá variar dependiendo de la función que éste haya saturado. Ahora bien, el nombre hace las vecen en la proposición del simple lógico, es decir el objeto, y en este sentido es la parte más simple de la proposición; pero sólo adquiere un significado en el contexto de ésta. Si cambiamos la proposición de la que es parte el nombre, y con ella los nombres con los que se relaciona, podríamos llegar a concebir lo que antes tomábamos por nombre como algo que no es un simple lógico. De este modo, lo que en el contexto de una proposición pudiera ser un nombre, y por lo tanto llevarnos al objeto del cual hace las veces en la proposición, podría servir como un ejemplo de “objeto”, pero éste no serviría para “la clase de los objetos”, ya que en su ocurrencia en otra proposición podría no ser un simple lógico, y por lo tanto, en ese caso, no sería un ejemplo de objeto.
Así es que en una proposición que ponga en relación dos células humanas, cada célula será considerada como un objeto, al igual que en una proposición que ponga en relación a dos seres humanos, cada ser humano será considerado como objeto, aún cuando materialmente los seres humanos sean complejos formados de células humanas, y en ese sentido no sean simples. Es por esto que, por el momento, considero posible el dar un ejemplo concreto de objeto, pero no que la clase a la que pertenece dicho objeto, es decir su nivel de simplicidad, sea característico de la clase a la que pertenecen “todos” los objetos.
Resumiendo un poco, es posible que la tarea del científico lo lleve a descubrir los componentes últimos de la realidad, pero éstos no serán los únicos objetos, en el sentido de aquello que puede ser representado por un nombre. La simplicidad lógica no es una cuestión material o empírica… es más bien tarea del lógico el determinar cuándo un nombre es realmente un simple lógico y cuándo debe ser tomado de otra forma…
Se me podrá reprochar que, al ver a la proposición como una función, no podemos decir que una literal (variable o constante, da igual) unas veces sea un nombre y otras veces no,,, pero esto no es lo que estoy diciendo… Digo que el lugar de la literal, es decir la variable, puede ser saturada unas veces por una función y otras por una constante (obviamente una función no puede ser su propio argumento,, pero otra sí)… ahora bien,, una función (concepto), al ser saturada, podrá tener como referencia una entidad del mundo digamos ‘una calabaza’… y al mismo tiempo, en una función distinta se podrá saturar la variable con un nombre que haga las veces de dicha calabaza… así es que la calabaza puede entrar en el lenguaje por medio de signos de una forma lógica distinta:: en un caso una función y en otro una constante o nombre…

Hay varios problemas con esta forma de solucionar el problema de los ejemplos de objetos tractarianos… incluso sin llegar hasta Wittgenstein,,, creo que basta con el tarado de Frege para refutar lo que digo… (aclaro que tarado no es insulto,,, simplemente me gusta la palabra…) así es que espero que alguien pueda decirme que soy un tarado (ahora sí como insulto) y que me diga el por qué!!!!.... si alguien lo hace se ganará mi respeto y a parte… mmmm… pues un helado si quiere…

viernes, 20 de julio de 2007

Sólo se puede gozar el estar solo cuando sabemos que la soledad nos es ajena…

jueves, 5 de julio de 2007

hehehegel...

No recuerdo dónde leí que en algunas universidades los estudiantes de filosofía se reunían para leer en voz alta algunos fragmentos del la Fenomenología del Espíritu de Hegel. Pero me solté a reír cuando se aclaraba que no era para discutir sobre dichos fragmentos, sino simplemente se leían para reírse de ellos. La verdad es que yo mismo he echo eso, y de verdad que es muy divertido. Si bien es sumamente complicado, por lo menos para mí lo fue, el comenzar a leer a Hegel, una vez que se tiene un panorama general, incluso fragmentos aislados del texto dejan de ser cómicos para adquirir un sentido. A continuación presento el análisis de un fragmento de este tipo, simplemente por ociosidad. Y si alguien siente que, después de leerlo puede causarle gracia lo que se dice, por lo menos podrá burlarse sin el remordimiento de estarse riendo de uno de los más importantes textos en la historia de la filosofía, ya que no se estará burlando de Hegel, sino de mi forma de presentar a Hegel.

“Lo verdadero es el todo. Pero el todo es solamente la esencia que se completa mediante su desarrollo. De lo absoluto hay que decir que es esencialmente resultado, que sólo al final es lo que es en verdad, y en ello precisamente estriba su naturaleza, que es la de ser real, sujeto o devenir de sí mismo.”

En este párrafo, correspondiente al prólogo a la Fenomenología del Espíritu, se encierran ideas que no pueden ser abordadas en la inmediatez de las palabras, ni con los conceptos que comúnmente se relacionan con ellas. Hay que adentrarse en el pensamiento de Hegel para poder entender la profundidad de sus palabras. Tomando en cuenta esto, conviene comenzar por separar las distintas ideas que dicho extracto del texto contiene, pero sólo para ver que dichas ideas se unen y complementan unas a otras, a tal grado, que podemos iniciar el recorrido con una de ellas y terminarlo con ella misma.

1.- Lo verdadero es el todo
y el todo es la esencia que se completa mediante su desarrollo.

Inicio con esta idea simplemente por ser la primera en aparecer, pero bien se podría escoger una al azar y el resultado sería el mismo. Para poder abordar esta idea hay que establecer de antemano sus elementos. Por un lado Hegel nos presenta lo verdadero y por el otro, pero no separado o independiente de éste, el todo. En ambos casos Hegel nos presenta a sus opuestos como parte esencial de ellos, pero para poder entender esto comenzaré por presentar al todo y su otro, la parte, es decir la cosa o el objeto. Una de las primeras afirmaciones que se hacen en la Fenomenología con respecto al todo y a la cosa es la siguiente:

“En efecto, la cosa no se reduce a su fin, sino que se halla en su desarrollo, ni el resultado es el todo real, sino que lo es en unión con su devenir; el fin para sí es lo universal carente de vida, del mismo modo que la tendencia es el simple impulso privado todavía en su realidad, y el resultado escueto simplemente el cadáver que la tendencia deja tras de sí.”

Lo que Hegel nos está diciendo aquí es que no podemos quedarnos en la aparente realidad de la cosa misma para tener un conocimiento de ella, y más allá del conocimiento, que la cosa no es únicamente el resultado de su desarrollo. Pudiera parecer que la cosa se conforma a través de su desarrollo pero simplemente como negación de lo que fue. Pero es precisamente a lo contrario de esto a lo que nos quiere llevar Hegel. Podríamos decir que la cosa no es simplemente el resultado de un desarrollo que ahora se presenta distinto de la cosa. Pero hay que ver estas ideas de un modo más ordenado.
En primer lugar tratemos de situarnos en una supuesta situación originaria en la que nos topamos con el objeto o cosa. Un primer impulso al intentar conocer el objeto es mantenernos en él mismo, es decir en la inmediatez del objeto; “mantener la aprehensión completamente aparte de la concepción”. A este acercamiento más inmediato Hegel lo llama certeza sensible. Pero no debemos creer que la certeza sensible es ella misma pura inmediatez, es meramente un ejemplo de dicha inmediatez. Pareciera ser que nada media entre la conciencia (yo) y la cosa u objeto, pero esta inmediatez se presenta como relación, como certeza sensible y, como tal, no incluye a la conciencia y a la cosa, más que mediatamente. El yo adquiere la certeza sensible por medio de la cosa, y la cosa es en la certeza sensible por medio del yo. Por lo tanto, en la certeza sensible encontramos tanto la inmediatez como la mediación. Tanto la esencia como el ejemplo. De este modo la conciencia es mientras el objeto sea, y éste último es con independencia de la conciencia. La conciencia depende de la esencia. El yo depende de la cosa, en tanto que conciencia, no en tanto que objeto.
De este modo el conocimiento del objeto debe limitarse a la certeza sensible de dicho objeto (en el yo), así como a su inmediatez, esto es, el ahora y el aquí. Esto último deja entrever la idea de que la diferencia kantiana no es sostenible, es decir, no está por un lado el noúmeno y por otro el fenómeno. Al hacer esto estamos más cerca de lo que nos interesa, es decir presentar al objeto de tal forma que nos lleve a entender el todo. Lo que hemos hecho hasta este punto es extraer del objeto su dialéctica interna. Pero para explicar dicha dialéctica, puede ser útil referirnos a los ejemplos que el mismo Hegel da. Para ver más claramente la inmediatez en la forma del ahora el ejemplo propuesto es: “el ahora es la noche”. Para comprobar en la vida cotidiana esta verdad, basta con mirar al cielo; y al comprobarla puede ser puesta por escrito, ya que, como dice Hegel, nada pierde la verdad con ser escrita o conservada. Pero si esta verdad es revisada al mediodía, diremos que “dicha verdad ha quedado vacía”. En ambos casos, el ahora se conserva, es decir, se sigue considerando como algo que es. Pero al mismo tiempo se “se muestra como algo que no es” , al mediodía el ahora se mantiene como algo que no es noche. De este modo el ahora, que concebíamos como inmediatez, se presenta como algo que no puede ser inmediato, ya que sólo se mantiene por medio de un otro, o mejor dicho, “por el hecho de que otro.. no es” , en este caso, la noche. De este modo, lo que se mantiene o permanece es lo universal, y no sólo permanece, sino que lo hace por medio de la negación.

Es así como llegamos de la inmediatez de la cosa, del objeto, a la universalidad contenida en ella por medio del despliegue de la dialéctica interna de la cosa. Es cierto que no he presentado en su totalidad el despliegue o desarrollo de la dialéctica interna del objeto, pero no es esto lo que pretendía. Simplemente es necesario, para entender la totalidad de lo existente, estar concientes de que la afirmación de Hegel acerca de la irreductibilidad de la cosa a su fin, involucra el desenvolvimiento de la dialéctica interna de los objetos como parte esencial de éstos y, por consiguiente, de la totalidad de la cual son parte.

Ahora bien ¿cómo es que dicha totalidad es lo verdadero? Para responder a esta pregunta conviene plantearnos primero el problema de lo verdadero. Así como al tratar de decir algo sobre el todo comenzamos por algo distinto de éste, del mismo modo podemos plantearnos el problema de lo verdadero con respecto lo que pareciera ser enteramente distinto a este, es decir lo falso. “Lo falso… sería lo otro, lo negativo de la sustancia, que en cuanto contenido del saber es lo verdadero.” “Decir que se sabe algo falsamente equivale a decir que el saber está en desigualdad con su sustancia.” Para poder comprender lo que Hegel está expresando en éstas afirmaciones conviene regresar un poco alo que veníamos diciendo sobre el objeto. El objeto se presentaba en un primer momento como inmediatez, pero veíamos que al descubrir su dialéctica interna, lograba presentarse como unida a su otro que no sólo es el yo o conciencia, sino como lo que no es. Lo que quiero decir con esto es que la conciencia, al tratar de ser conciencia del objeto, tiene que salir de la cosa misma y pasar a través de lo otro del objeto por medio de lo universal. En otras palabras, al tratar de definir al objeto nos vemos llevados necesariamente a salir de él, si queremos poder decir algo más que A=A, recurriendo a universales para definirlo. Esto implica que el conocimiento o saber que tenemos de la cosa no encierra únicamente lo que la cosa es, sino también lo que no es, es decir su otro que se expresa en lo universal por lo que se defina a la cosa. De este modo, si como nos decía Hegel, lo falso es lo otro de la sustancia, podemos ver que eso otro es parte esencial de la cosa, y por lo tanto forma parte de su verdad. La desigualdad que se presenta entre el conocimiento de la cosa y la cosa, entre el saber y el objeto, es lo que constituye al objeto y su esencia. “De esta diferenciación llega a surgir, si duda alguna, su igualdad, y esta igualdad que llega a ser es la verdad.” Es difícil pensar la falsedad como parte esencial de la verdad, pero para entender lo que se quiere decir con esta afirmación cabe trazarle a ésta ciertos límites. No podemos decir que lo falso sea un momento de lo verdadero. Los términos verdadero y falso sólo significan lo que son en tanto que no los concebimos como unidad, sino como particulares opuestos. Es únicamente mediante el recorrido que hacemos del desarrollo del objeto, como llegamos a percatarnos del asenso, proveniente del acercamiento de la conciencia al objeto, hacia lo realmente verdadero del objeto. Hegel expresa esto de la siguiente manera:

“Así como la expresión de la unidad del sujeto y el objeto, de lo finito y lo infinito, del ser y el pensamiento, etc., tienen el inconveniente de que objeto y sujeto, etc. Significan lo que son fuera de su unidad y en la unidad no encierran ya, por tanto, el sentido que denota su expresión, así también, exactamente lo mismo, lo falso no es ya en cuanto falso un momento de la verdad.”

Es así que la verdad podría ser concebida como la manifestación de lo verdadero y lo falso que en sí misma no es ni verdadera ni falsa en el sentido particular de los términos. Lo verdadero y lo falso, en tanto que formas singulares del desarrollo tanto del objeto como del todo, en tanto que pensamientos determinados, no pueden mantenerse en lo verdadero más que abandonando la singularidad y la particularidad para presentarse en y como su unidad que es lo contradictorio, y como tal, parte esencial del delirio báquico que es la verdad. Hablar de una distinción entre verdad y falsedad significa disociar dichos términos de lo verdadero, y al disociarse es necesario que se disuelvan. Sólo pueden mantenerse en su contradicción, es decir, en su unidad.

El todo es la totalidad del desarrollo y devenir de los objetos. La totalidad, pues, se presenta como ser y no ser indisolubles, como negatividad y positividad indisolubles. La totalidad encuentra su sustento en la contradicción, y es a partir de ella como entendemos que la totalidad es lo verdadero y lo verdadero el todo.

2.-Lo absoluto es esencialmente resultado,
su naturaleza es ser real, sujeto o devenir de sí mismo.

Al principio citábamos a Hegel cuando decía que la cosa no se reduce a su fin ni se limita a su resultado. ¿Cómo es posible que ahora hablemos de que el absoluto es esencialmente resultado? Tomando en cuenta la forma en que en la totalidad o el absoluto conviven lo positivo y lo negativo en su unidad conformada por su desarrollo y por la dialéctica interna de los objetos que arroja la contradicción como lo esencial y el sustento de la permanencia, no es tan descabellado considerar al absoluto como esencialmente resultado; ya que no estamos hablando del fin que se encuentra en la inmediatez, ni del resultado como negación o superación del desarrollo. Es en tanto que unión con su desarrollo como el absoluto puede presentarse como esencialmente resultado.

El punto importante es entender cómo éste absoluto puede no solo ser resultado y totalidad, sino también sujeto. Para esto nuevamente conviene regresar al terreno en el que no estábamos moviendo, esto es, el terreno de la verdad. La verdad se presenta en el desarrollo de la conciencia en relación con los objetos. Pero en esta etapa del desarrollo de la conciencia, seguimos hablado de verdad y falsedad como separados, es decir si haber obtenido su unidad. ¿Cómo podemos pues entrar en el terreno de la Verdad (en tanto que unidad)? “Con la autoconciencia entramos, pues, en el reino propio de la verdad.” Al encontrarnos en el reino de la verdad debemos, pues, dejar de hablar de conciencia para hablar de autoconciencia. Para poder ver de qué forma el absoluto es sujeto, conviene ver de qué forma la conciencia deviene ella misma en sujeto. Resumiendo un poco el asenso de la conciencia a la autoconciencia, es decir a su conformación como sujeto, podemos decir lo siguiente. Como ya veníamos viendo, la conciencia es en un primer momento conciencia del objeto. Pero la conciencia no puede mantenerse en la inmediatez y en la particularidad del objeto, así que debe salir de su objeto y pasar a lo otro del objeto, pero siempre regresando a éste. De ésta forma se conforma el objeto como objeto. Pero la conciencia no sólo se topa con objetos en el mundo, sino que también se le presentan otras conciencias. Este choque de conciencias es claramente agresivo para Hegel. Es cierto que el tránsito de la conciencia de ella a otra conciencia y de regreso a sí, es muy similar al recorrido que hace a través de los objetos, pero a diferencia de éste, la salida que la conciencia hace de sí para regresar a sí a través de su otro, se presenta como una autoafirmación ante su otro. Pero antes de tratar la agresividad del retorno, y la autoafirmación, esclarezcamos un poco más los primeros momentos de la conformación de la autoconciencia. “…la autoconciencia es la reflexión, que desde el mundo sensible y percibido, es esencialmente el retorno desde el ser otro.” “…el mundo sensible es para ella una subsistencia, pero una subsistencia que es solamente manifestación o diferencia, que no tiene en sí ser alguno.” La autoconciencia, para ser de este modo, tiene que ostentar los momentos que sirvieron para que se conformase. La conciencia de lo otro tiene que retornar hacia sí misma, pero esto no quiere decir que se conciba simplemente como la enunciadora del “yo soy yo” sino que debe concebir a lo otro como parte de si misma. La autoconciencia es conciencia de sí a través de lo otro, pero de este otro debe pasar hacia su otro como proceso de auto-conformación. Nuevamente se nos presenta una contraposición. En un primer momento el de la conciencia y lo otro, y después el de la conciencia y su otro. Esta contraposición se presenta como unidad esencial para la autoconciencia. A partir de este momento, la conformación de la autoconciencia pasará a ocuparse de lo agresivo del enfrentamiento con su otro, es decir la apetencia o más bien el deseo de autoafirmación o imposición ante su otro, esto es ante otras conciencias. “Un ser desea anular o suprimir al otro como medio de afirmación triunfante de su propio yo” Esto lo realizará por medio de la dialéctica interna en dicha relación entre conciencias; a este enfrentamiento Hegel lo llama relación amo-esclavo. Y es a través del desarrollo de la dialéctica de la relación amo-esclavo, que la conciencia llega a ser realmente autoconciencia, pero el desarrollar la complejidad de dicho asenso de la conciencia, aunque sumamente interesante, excede los limites de este trabajo. Es por esto que debemos enfocarnos en ver de qué forma el absoluto, y ya no la conciencia particular, se conforma como sujeto. A partir de lo que se ha dicho resulta relativamente fácil exponer esta última cuestión. El primer punto a aclarar es de qué forma puede la totalidad ser conciencia. El único ámbito del absoluto en el que se presenta el conocimiento es en el humano, o en el de las conciencias. Es precisamente la conciencia humana la que permite que el absoluto sea conciente. Pero como ya veíamos la conciencia se enfrenta no sólo ante lo otro, sino ante su otro, en el asenso a su autodeterminación. Ante qué otro se podría presentar el absoluto. Si algo puede presentársele como ajeno o externo a él, quiere decir que aquello que es objeto para la conciencia del absoluto no es parte del absoluto mismo, y por lo tanto el absoluto deja de ser absoluto. Pero esto no es así. El absoluto es la totalidad y como tal, para ser conciencia debe serlo de sí mismo. Es precisamente el ser conciencia de sí mismo lo que permite que el absoluto sea conciente y al mismo tiempo auto-conciente. El medio por el cual el absoluto llega a conformar esta autoconciencia, es el espíritu humano. Y el absoluto o la totalidad vistas bajo la luz de las conciencias humanas, adquiere el carácter o nombre de espíritu. El absoluto es, pues, sujeto, en tanto que es espíritu auto-conciente.

De este modo vemos que el pensar a la cosa nos ha llevado hacia el todo, de éste hacia la verdad, de ésta hacia la autoconciencia, luego al sujeto y de éste al desarrollo de la conciencia que parte nuevamente de la cosa.

viernes, 29 de junio de 2007

Algo que no pensaba publicar... creo que fue un sueño...

A mitad de la noche me decidí a no perderla. Salí corriendo, no tuve que vestirme, ya que el insomnio me había mantenido con la mano en el control, los ojos en la pantalla y la mente perdida. Tomé un taxi que me dejó muy cerca de mi destino bajo una horrible lluvia. Corrí hasta encontrar su nombre entre las sombras interrumpidas por breves rayos. Comencé a cavar. Mis manos sintieron la tierra húmeda y no pudieron llegar muy lejos, así que me tiré en la tierra llorando y murmurando: despierta por favor. Un instante después la tenía entre mis brazos y la apretaba diciéndole al oído que despertara.
No puedo imaginarme nada más horrible que, con lágrimas en los ojos, pedirle a alguien que despierte…

sábado, 9 de junio de 2007

Sin rostro

La noche no ha descubierto los aromas penetrantes. No ha corrido las cortinas que dejan entrever luces tenues de múltiples colores. Los aromas no han dejado el piso para volverse punzadas en las fosas nasales. No hay risas ni llantos. En mi cuerpo sólo quedan los rastros del delirio nocturno. La oscuridad no puede ocultar la distancia entre mis pensamientos y el objeto de los mismos. Y sin embargo éste conserva la fuerza de su presencia. Qué otra cosa podría clavar una daga sin antes empuñarla. Qué más que un sentimiento puro al que me niego a regalarle un rostro. Su omnipresencia me aterra sin por esto evitar que, al perderlo de vista, anhele su presencia.

Todo puede resolverse en una palabra, que ha sido lanzada a los brazos de la multitud iracunda para ser desmembrada, para ser usada cual moneda de cambio. Quienes llegan a ser partícipes de esta verdad pueden querer usar la palabra o rescatarla de su latente desgracia. Pero ¿cómo rescatarla sin usarla? Es imposible. Si no la usamos, queda abandonada a su eterna vulgarización por parte del resto de conciencias e inconciencias. Y si la usamos, entramos en el juego de las sucias conciencias desvirtuantes.

Sólo queda pues entregarse a la palabra sin darle un rostro. Olvidar su glorioso destino y mantenerla en el aislamiento. Esta es mi apuesta actual. Entregarme al amor sin por ello imponerle un nombre, un rostro. Amar al amor ya que éste no puede sino amarnos.

domingo, 3 de junio de 2007

47

¿Qué será lo que busco a estas horas en la pantalla? Tal vez solo estoy escribiendo cosas sin sentido. Simplemente por la sencilla necesidad de decir algo. Eso debe ser. Esto no es un escrito que valga la pena ser leído.. incluso su importancia al ser escrito me es incierta. ¿un intento de desahogo? No es algo tan drástico, no me estoy ahogando. Aunque tal vez sí lo esté. Tal vez me esté ahogando en mis propias reflexiones inútiles y corrientes, y sea por eso que necesito deshacerme de ellas al ponerlas por escrito. Sería más fácil seguir escribiendo esto si dichas reflexiones fueran interesantes o por lo menos profundas. Pero no lo son. Es simplemente el hastío de lo cotidiano. De lo monótono. De la sencillez de la vida que sólo cobra sentido cuando nos convencemos a nosotros mismos de que ésta no debe ser así. La vida no puede ser sencilla. No puede ser siempre tan tranquila y poco problemática. ¿por qué será que nos negamos a vivir sin problemas, sin dolor, sin sufrir? Podemos escoger entre procurarnos las más intensas alegrías o los más intensos dolores. Lo malo de esta libertad es que siempre es más fácil procurarnos lo segundo. Y si no es más fácil, por lo menos sí es más rápida la obtención de la tristeza que de la alegría.
Si nos mantenemos en el juego entre dolor y placer, entre alegría y tristeza, entre amor y odio, la vida se encuentra llena de sentido. Sólo cuando nos apartamos del juego y nos insertamos en la inactividad, podemos ver que la vida, tanto dentro del juego como fuera de éste, carece de sentido. O por lo menos ese sentido no es algo fijo, claro u obvio.

Wow.. con tan pocas líneas me conformo. Al parecer sí me estaba ahogando un poco. Pero ya con lo que he dicho es suficiente para que duerma tranquilo por hoy. Ya mañana se tendrá que resolver de otra forma.

Y como ya van varios post en los que no hay imagen alguna pues hay que ponerle un poco de color a este blog…

viernes, 25 de mayo de 2007

Retazos...

Hoy tenía muchas ganas de salir a tomar un cafecito a coyoacán.
La noche estaba bastante chida. Una lluviecita tranquila y un frío igual. Me dieron ganas de saltar entre los charcos que se hacen en las calles. Y más que eso me dieron ganas de ver, en la oscuridad de la noche, el reflejo de la luz sobre un camino empedrado al mismo tiempo que empapado. Alguna vez he caminado solo por un camino así y es de lo más agradable. En fin, no tenía ni un peso en la bolsa, así que no salí de mi casa. Pero para no quedarme con las ganas subí a la azotea con una taza de café y un cigarrito. Lo malo es que llovía más de lo que yo creía y mi café se echó a perder al igual que mi cigarrito. Jeje. Lo tengo decidido: ¡mañana sí saldré a darme ese paseíto! Así que quedan invitados… si leen a tiempo esto, claro. (hum… demasiados diminutivos en este post… yo que siempre me ando quejado de eso…)

Ya me di cuenta de que como ya no mantengo conversaciones agradables a lo largo de la semana me refugio en esta onda del blog para fingir retazos de conversaciones que pudieran ser agradables y amenas… pero no me importa… puede ser que realmente no escriba estas cosas para dárselas a conocer a alguien, simplemente satisfago mi necesidad de comunicación. ¿Qué más te puedo contar? Ando bien aburrido. Necesito problemas. No es que no tenga problemas, lo que pasa es que mis problemas ya son eso mismo: “mis problemas”. Ya estoy acostumbrado a ellos y quiero tener otros nuevos. Esto no quiere decir que voy a estar buscándolos, simplemente tengo ganas de ellos. Y cuando lleguen me voy a estar quejando de ellos; eso si es que llegan.

Me acaba de asaltar una duda de esas que son tontas pero que no podemos esquivar: ¿Realmente soy como me presento por escrito?
A veces me leo y me siento distinto. Me gusta más cómo soy por escrito. No tengo el problema de…. mmm… por escrito no tengo problemas, puedo soltarme más y si la cago simplemente lo borro y planteo lo que quería decir de otra forma. Todo es fácil escribiendo. Sí… son cosas absurdas, pero no me propongo escribir algo profundo.

En fin… creo que por hoy ya fueron suficientes retazos de platica.

Cursi y chistosón!

Hoy me dieron ganas de escribirte un verso.
Pero recordé que no sirvo para eso.
En lugar de la pluma tomé una guitarra.
Y no pude siquiera llegar a afinarla.
Intenté mil veces dibujar tu rostro.
Y ¿qué muestra el papel?
nada más que un monstruo.

¿Qué puedo hacer yo para apropiarme tu nombre, tu voz, tu figura?
Salí corriendo a preguntártelo hoy mismo.
Cuando ya frente a ti, no pude decirlo.

Las ansias de oírte sellaban mis labios.
Las ansias de hablarte entumían mi lengua.
Las ansias de verte empapaban mis ojos.

Ante un mar de torpezas te hiciste escuchar.
Dijiste: lo siento no encuentro respuestas,
¿Por qué no despiertas y la buscas a ella?
Yo soy sólo tu verso, tu canción, tu monstruo.

Ya no amo más tu nombre, tu voz, tu figura.
Prefiero soñar y admirar una copia.
¡Un monstruo!

sábado, 12 de mayo de 2007

NUEVAMENTE

Nuevamente,,,
¿por qué la palabra nuevamente se emplea para advertir lo que no es nuevo?
Sea cual sea el motivo, nuevamente me encuentro ebrio… y… para ser sincero sigo tomando… se me presentan dudas irreparables en estado consiente… por ejemplo, les voy a escribir algo que pensé en un momento de soledad durante la peda: “Acábame de matar, pa’ qué me dejas herido- o? Las palabras se pierden entre los tambores, las luces, las sombras, el mate. Una idea se forja en una silla aislada del baile. En la soledad de una silla. Vete ya si no encuentras motivos… mejor, terminar como amigos, a ser como enemigos…” entre las letras de las canciones que se bailan, sin reparar en el sentido de las palabras, se puede llegar uno a sentir superior, y es peor si se encuentra a alguien que comparta ese sentimiento y lo traslade a palabras de consuelo. En resumen: platicas de borrachos…
Tengo que dormir un poco, si no, mañana estaré despertándome a las 3 de la tarde y tendré que aguantar un regaño de mi padre que me dirá: “es bien fácil despertar a la hora que quieres y cuándo quieras… yo a tu edad ya llevaba dinero a mi casa… le daba mi quincena completa a tu abuela… cantaba en los camiones para ganarme la “papa”’…”

Cosas por el estilo…
(he notado que utilizo los tres puntos sin sentido alguno, pero no importa…)

el valor del dinero…
a mí… no me interesa el dinero… con que tenga para comer y emborracharme, me basta…

salud a todos… esta es la vez que escribo más borracho… si alguien quisiera preguntarme algo serio, éste sería el momento…
pero nadie lo va a hacer… nadie está conectado…
y puedo profetizar que nadie me va a hablar por teléfono o a mandarme un mensaje,,,


si alguien lee esto, quiero que sepa que extraño a mis amigos… a todos…

y si creen que los engaño lean este ultimo parrafo, pa que veanq que es en seruo, este no lo voy a releer y coreegioerçççç…

ya ven,,,. Suena feo.. jejeje… saludos a todos y los quiero,, realmente quiero mucho a todos los que han llegado a comentar algo en ese blog… en especial mando saludos a Montse por andar leyendo las cosas aburridas que escribo….

Bueno pues… los dejo con un cuadro que me gusta mucho…

VERGA!!!!

Vergardo!... alguna palabra tenía que iniciar mis reflexiones… y alguna reflexión tenía que terminar mis palabras: a la verga!...

viernes, 11 de mayo de 2007

A la orilla...

Veo pasar las vidas que alguna vez me fueron cercanas. La distancia se muestra agresiva. Un mundo que alguna vez me presentó sabores nuevos y colores vivos, ahora se me muestra árido, opaco e insípido. Pero las risas de los que aún se encuentran en él me hacen pensar que mis sentidos son los que distorsionan ese mundo. Es mi propia sequedad la que no permite que lo dulce sea eso en mis labios. Es como tragar arena cuando la sed cubre la garganta. Me acerco al mundo y éste se aleja. Me arrojo al río y éste se seca. Sólo quedan grietas bajo mis pies. Música distante se posa en mis oídos para recordarme que ahí esta y que no es para mí. Podría buscar un precipicio para tirarme al vacío, pero sé que de mi boca saldría toda la arena que he tragado y lo llenaría para no dejarme caer. Lo único que me está permitido es dormir a la orilla del mundo; dormir para no sufrir al soñar despierto.

jueves, 10 de mayo de 2007

Falta una de perfil...


Parece ser que Mr. Némesis sigue en la internet con nuevas fotos... (ya le jalaron las patillas en su casa por andar de rebelde.. ahora se ve más seriesito... o puede ser que sólo me quiera engañar con una foto vieja para que me confíe y baje la guardia...)

Piedras de colores...

Me siento bastante extraño. Me he quitado un gran peso de encima, pero ya me había acostumbrado a cargar con esas cosas. Ahora siento mi espalda desnuda. Lo que me consuela es que pronto encontraré algo más que cargar. Siempre termino cargando algo inútil y doloroso. Algún día espero encontrar algo que valga la pena cargar y nunca soltar…

sábado, 28 de abril de 2007

El inicio de un cuento...

Caminaba por la calle sintiéndose completamente normal. Un poco de sol en su rostro, un poco de tierra en el aire, ninguna preocupación en su mente. Es cierto que siempre había preferido caminar de noche y si era bajo la lluvia, y su humor lo ameritaba, le parecía mucho más placentero, pero no tenía motivos para quejarse por caminar bajo el sol de mediodía. De pronto el sol dejó de tocarlo al dar la vuelta para acortar su camino por unos jardines públicos. Siempre había preferido ese camino para evitar por unos instantes el ruido de los autos y para evitar encontrarse entre esa gente que impide avanzar al ritmo que uno quiere. Estando cerca de la salida de los jardines vio una banca y sin siquiera pensarlo se sentó en ella a la sombra del árbol que se encontraba detrás de ésta. De pronto su mente se llenó de ideas confusas y el corazón comenzó a latirle fuertemente hasta que esto se convirtió en una más de las ideas que le golpeaban el cráneo. ¡Sombras! ¡Sólo sombras! Era lo único que podía decir suavemente mientras el aire levantaba la tierra del corredor por el que había llegado hasta la banca. El sol se escurría entre las ramas y entre las hojas del árbol hasta que golpeaba su rostro a la par que lo hacía la tierra. Empezó a preocuparle la forma en que su mente se había alterado. ¿Acaso tenía fiebre? Estaba sudando y sentía que su pecho se encontraba en llamas mientras el resto de su cuerpo se congelaba. Abrazó fuertemente su mochila y cerró los ojos. Lentamente dejó de sentir el fuego y el frío, su mente se aclaró por completo. Pero antes de que pudiera decir en voz baja la causa de su delirio pasajero, su mente quedó completamente en blanco y sus ojos se abrieron. Había pasado demasiado tiempo sentado en esa banca. El cielo se había puesto rojizo y no pudo saber si el sol se encontraba bajo el horizonte o detrás de alguna nube. Se puso de pie, sintió correr la sangre por sus piernas y enseguida comenzó el detestable hormigueo, pero aún así caminó hacia la salida.
-¡Acá yastá cerrado! Va tener que salir por dónde entró joven.
Aún se podía ver que pasaba gente al otro lado de los barrotes que cercaban los jardines. Posiblemente gente que trabajaba en el mercado que estaba a pocos metros de los jardines. Algunos llevaban grandes bolsas, otros algunos tubos de metal con los que armaban sus puestos. Un niño arrastraba un enorme bote de basura hacia una pila de bolsas sucias sobre las que se veía un letrero: “Prohibido tirar basura”.
Cuando llegó a la puerta por la que había entrado, el sol se había ocultado casi por completo. El policía encargado de vigilar esa entrada lo miraba fijamente por encima de la revista que tenía entre sus manos. Estaba bastante pálido y caminaba de forma extraña por el hormigueo que sentía en la planta de los pies y entre los dedos. Al cruzar la puerta de metal escuchó cómo el policía la cerraba, y al escuchar el chirrido metálico a sus espaldas se percató de la brisa fresca, un poco fría. Metió la mano en el bolsillo interior de su chamarra y sacó un cigarro, lo encendió, y al deshacerse de la primera toma de humo sintió con placer nuevamente el viento frío. Casi mecánicamente clavó la mirada en el piso y comenzó a caminar. No tenía que ver por dónde iba, los caminos que recorremos diariamente pierden su misterio y en este caso, él ya conocía hasta las piedras sueltas y los hoyos del piso por el que caminaba. Al llegar a la esquina se detuvo para esperar que el semáforo detuviera a los autos para que él pudiera cruzar. Una mujer se detuvo a su lado con el mismo propósito. Llevaba una enorme bolsa de la que no se podía ver su contenido, pero seguramente era una de aquellas mujeres que trabajaban en el mercado. Detrás de ella venía el niño que había estado arrastrando el bote de basura al otro lado del jardín, se detuvo junto a la mujer, la tomó de la mano y clavó la mirada en los ojos del joven. Cuándo éste se percató de su mirada sintió un escalofrío. En el rostro del niño comenzó a dibujarse una sonrisa poco infantil. De pronto los gestos del niño no eran más que incitaciones sexuales, sus ojos se empezaron a hundir, su sonrisa se mantenía incitante y depravada, y su lengua se asomaba por entre sus dientes de tal forma que al verse iluminada se veía rosada y húmeda, pero al quedar entre las sombras de su boca parecía cubrirse de pelos. El niño intentó acercarse al joven, pero antes de que pudiera hacerlo, la mujer lo tomó por la cintura con ambas manos y lo levantó hasta recargarlo en su pecho. El niño no apartaba del joven su mirada, y sin que éste se percatara, la mujer comenzó a besar en la boca al niño. Quería dejar de mirarlos, pero los ojos del niño lo habían atrapado. Por un momento pudo esquivar la mirada del niño, pero ahora la había atrapado su lengua que se retorcía contra la boca de la mujer. De pronto el brillo del rojo de la lengua cubrió por completo los ojos del joven. El pecho volvió a encendérsele y su espalada se congeló de nuevo. No podía ver nada más que sombras cubiertas por una luz roja, y su corazón comenzó a agitarse más de lo que lo había hecho antes. De nuevo calma. La luz roja permanecía frente a sus ojos, pero comenzó a ser envuelta por la oscuridad de la noche hasta convertirse en un pequeño círculo al otro lado de la calle, hasta que éste cambió su color a verde y la mujer y el niño, que ya se encontraba nuevamente en el piso y tomado de la mano de la mujer, caminaron hasta cruzar la calle y se perdieron de vista. La palabra “sombras” golpeaba su cráneo con insistencia.
...
...
...
...

sábado, 21 de abril de 2007

Nuevamente me encuentro ebrio... Cedo la palabra al ron:

MENSAJES INCONCLUSOS:

Y entregarse a la locura besando los pies de una desconocida. Clamando que nadie vale más que su dedo meñique. Sabiendo que a quien amas está en otro lugar. Aún así no importa. Lo que quieres es sentir el calor de unos labios junto a los tuyos. Sentir una legua sobre la tuya; olvidando el desprecio y los juegos de los que aquella te hace presa. Olvidando los pecados cometidos. ¡Sólo besa esos pies! ¡sólo disfruta el momento! ¡Sólo, ama al amor! Siente el sentimiento hasta que mates tu alma.

***

I want to lay you down on a bed of roses…

***

¿Por qué sólo entre las nubes del alcohol puedo sentir, puedo vivir?
Puedo sentir.
Aquello que me niego a ver bajo la claridad de la luz. Tanta luz que ciega la vista y ablanda el corazón.

Los pensamientos que siguen serán omitidos, puede ser que por prudencia, puede ser que por amor, puede ser que no lo quiera…
Sólo quiero sentir…
Sólo sentir…
Sólo vivir…
Sólo dormir…


...

Los párpados me pesan, siento cadenas colgando de mi cuello... muero... y mañana resucitaré...y olvidaré... y estaré feliz...

sábado, 14 de abril de 2007

Mentira y Placer...

La mentira es una de las cosas de las que más placer se obtiene al instante, pero el placer que se obtiene es arrebatado por el sufrimiento que causa la verdad…

miércoles, 11 de abril de 2007

Algo nuevo...

Sigue el insomnio. Ahora sí ya no sé por qué es!! Ya no tengo ninguna preocupación, y no quiero tenerla. Pero no puedo dormir. Sé que mañana tendré que despertar temprano, o más bien levantarme temprano, ya que no sé si pueda dormir, pero aún así sigo despierto.

Así que pasemos a algo nuevo, algo de lo que nunca hablo: mi madre. Si no hablo de ella no es porque me traiga malos recuerdos, o porque me ponga melancólico y nostálgico. Simplemente no hablo de ello porque incomoda a las personas. Siempre que por alguna razón tengo que aclararle a alguien que mi madre murió, dicha persona se lamenta el haberme llevado a afirmar eso. Pero realmente no me molesta. Incluso me siento mal a veces por no interesarme por ello. No me siento mal porque esté muerta, me siento mal por no sentirme mal por ese hecho.
No recuerdo la fecha de su cumpleaños, no recuerdo el día en que murió, no recuerdo la fecha del aniversario de bodas de mis padres. Eso debe ser malo. Tal vez soy un mal hijo. No lo sé. ¿acaso la extraño? La verdad es que no sé. Hay veces en las que me pregunto qué me aconsejaría ella, o más bien ¿qué haría ella?, pero también hay veces en las que siento que de no haber muerto yo no sería la persona que soy, y la verdad es que me gusta cómo soy, por lo tanto… ¿acaso prefiero que esté muerta? Eso es lo que me intriga, pensar que prefiero que haya muerto a que ahora estuviera viva.

Es cierto que he perdido muchos detalles acerca de ella. La recuero bastante inteligente, muy elegante, muy alegre, justa, cariñosa, hermosa… también recuerdo su cara de enojo, y recuerdo que de niño tenía sueños en los que su cara enojada cambiaba de colores y siempre despertaba asustado y sudando. Hace poco viendo el rostro de una de mis tías recordé esa cara. Sip.. mi madre… le escribí tantos poemas, le pedí perdón tantas veces… creo que sí la extraño, pero sigo sin saber si realmente quisiera que estuviera conmigo ahora. La recuerdo como una sombra… lo único que puedo recordar claramente es su amor, es decir, el sentirme amado por ella. Los padres no son buenos para expresar esos sentimientos, pero las madres sí. Su amor… eso es lo que recuerdo y lo que extraño. Pero sigo afirmando, aunque suene muy seco e incluso irrespetuoso: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo.” Pero para que estas reflexiones no terminen tan ásperamente pondré uno de los poemas que le escribí, es malo, yo lo sé, creo que tenía como 10 años cuando lo escribí (para el día de las madres), pero después de que murió me lo aprendí de memoria:

Cuando buscas el amor
Es cuando menos lo encuentras
Busca siempre en tu interior
Y piensa en lo que más anhelas.

El amor que yo he encontrado
Es el que siempre he anhelado,
Es el amor de una madre
Que siempre estará a mi lado.

(A huevo!! Me acordé,,, no soy tan mal hijo después de todo.. jaja…)



Preferiría haber escrito un encomio a mi madre, pero en estos momentos no me siento capaz de escribir algo bueno o por lo menos decente...

sábado, 7 de abril de 2007

¿Qué puede pasar?...

Como algo inesperado, el miedo a hablar se apodera de mí. La constante pregunta ¿Qué puede pasar? no se presenta sin la presencia de miles de respuestas que traban mi lengua y me impiden hablar. No sólo es la pregunta por las consecuencias de las palabras, es al mismo tiempo un estado de ánimo que invade cada aspecto de mi vida. No puedo actuar. ¿Qué puede pasar?
Las posibilidades se limitan al fracaso.
Inconscientemente me veo llevado a esperar. Si cualquier cosa pasa sin que yo la provoque concientemente será bien recibida; pero tengo miedo a fallar. Ya no quiero tener miedo. No quiero tener que esperar. Pero hay algo que me obliga a hacerlo.
Y de seguirlo haciendo: ¿qué puede pasar?...

martes, 3 de abril de 2007

YYaaaaaaaaaaa!!!!!

A falta de cosas interesantes que hacer a las 2:30 de la mañana pues nuevamente me pongo a escribir. No tengo tanto sueño como debería. Por fin terminé mis trabajos, cuestionarios y reportes de lectura. A partir de las 4 de la tarde del día de mañana, bueno de este día, seré libre. Pero me doy cuenta de que otro trimestre pasa y yo sigo sin sentirme más sabio. Jajaja.. es gracioso que esperara eso de la filosofía, que me hiciera sabio. Es un deseo que no puedo reprimir, pero por lo menos ahora sé que su obtención no se encuentra en la filosofía, ni en el arte, ni en la ciencia. Se encuentra en la vida. Aprendo más cosas de mis amigos que de los filósofos o de los artistas. En fin, me espera llegar a la escuela así que espero dormir un poco. Aaahh.. y les adelanto un post que esperaba subir más tarde.. jeje.. mi Némesis también ha envejecido.. jajaja y cada vez es más malévolo!!